Chapas personalizadas para un homenaje
Mis amigos y amigas del colegio y yo nos reunimos dos veces al año desde hace tres. Han pasado ya diez años desde que nos separamos, pero alguien tuvo la genial idea de crear un grupo en Facebook y después otro en What’s App, con lo que mantenemos el contacto de una forma que llama la atención de otros amigos. No es solo que nos veamos para cenar un par de noches al año y que comentemos tonterías por el móvil, es que cuando alguien necesita una ayuda, o un consejo, lo comparte con los demás. Me siento muy afortunado por ello.
El próximo sábado tenemos un nuevo encuentro, y se me ha ocurrido una idea que quiero comentar en este blog.
Cuando teníamos once años tuvimos un profesor, D. Ricardo, que fue el que nos inculcó este espíritu de amistad y de colaboración casi siempre desinteresada. Pues bien, gracias a este blog, he conocido a una tienda en Internet, y he encargado un obsequio muy especial, unas chapas personalizadas con una imagen de Don Ricardo que he sacado de unas vieja fotografía en papel: la he escaneado, he recortado lo que sobraba, y he enviado la foto a la tienda para que la estampen sobre dieciséis chapas. He pedido también que incluyan un rotulito con el curso en que fuimos estudiantes de Don Ricardo.
chapas personalizadas con foto
Hoy he recibido las chapas y, jo, ¡cómo me he emocionado! El sábado que viene, en lugar de cena haremos una comida en un restaurante, y nuestro invitado especial será nuestro maravilloso profe. Sabemos que estos días lo está pasando mal, y queremos convertirnos en un apoyo para él, igual que él lo fue para nosotros un día.
Acudiremos todos los compañeros y compañeras con la chapa en nuestras camisetas: un homenaje sencillo y discreto para alguien que se merece eso y muchísimo más.