
Un tatuaje (tattoo, en inglés), no es precisamente un regalo muy habitual aunque cada vez se está haciendo más popular. Los tatuajes son verdaderas obras de arte que dicen mucho del que los lleva.
Hay muchas personas a las que les fascinan los tatuajes pero que no se atreven a llevar uno por el miedo al qué dirán. Un tatuaje es un regalo para hombres con una fuerte personalidad y un carácter independiente que, a la vez, son capaces de asumir compromisos y responsabilidades a largo plazo.
Los tatuajes son casi tan antiguos como el propio ser humano: el famoso Hombre de Hielo del Neolítico, Otzi, llevaba en su espalda nada menos que 57 tatuajes. Cada cultura utiliza el tatuaje de una forma distinta: para unas, el tatuaje es una creación con un significado ritual y simbólico, para otras es una manera de señalar a los criminales e, incluso, en algunas culturas se han utilizado los tatuajes con fines curativos.
Según la técnica utilizada, hay dos tipos de tatuajes: temporales y permanentes. Los tatuajes temporales desaparecen al poco tiempo, mientras que los tatuajes permanentes son para toda la vida y sólo pueden eliminarse con láser.
Hay que tener en cuenta que regalar un tatuaje es algo muy serio y comprometido. Es mejor que el diseño, los colores y el lugar del cuerpo donde se vaya a realizar el tatuaje los elija el propio hombre que reciba este regalo original.
Hay tatuajes para todos los gustos: tribales, de estilo oriental, con motivos florales o animales, de nombres, retratos, etc. No hay que olvidar que un tatuaje es para llevarlo en la piel durante toda la vida, así que, antes de hacerlo, hay que meditar muy bien qué tipo de tatuaje queremos y elegir a un profesional del tatuaje que garantice un buen resultado.
Un tatuaje es un regalo para hombres cargado de significado que no va a dejar indiferente a nadie.